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La incertidumbre parece ser la mayor constante en el actual contexto del mercado de divisas como consecuencia de la guerra comercial de Trump. Las principales monedas del G10 presentan una fuerte volatilidad, en especial el yen japonés, el cual viene con una trayectoria negativa en 2025. En lo que va de año, esta moneda retrocede un 6.58% aproximadamente frente al dólar.

Durante las últimas horas, la moneda nipona experimenta una fuerte volatilidad que podría saldarse en una situación delicada en extremo. El presidente estadounidense amenazó con tarifas del 25% contra Tokio a partir del próximo 1 de agosto, lo cual acelera la incertidumbre. Las tensiones globales parecen reavivarse con la nueva arremetida de Trump, mientras los bancos centrales hacen maniobras de política monetaria. 

En este escenario, el yen japonés (JPY) emerge como una de las divisas más vulnerables, presentando un perfil de riesgo asimétrico que llama la atención de los inversionistas. Y no se trata de temores exagerados cuando se afirma que la situación de esa moneda es realmente crítica.

Básicamente, las sanciones impactarían en industrias como la de coches (Toyota y Honda), las cuales son cruciales para la economía de Japón. En líneas generales, se puede decir que esta economía desarrollada depende enteramente de las exportaciones. En ese sentido, atentar contra la capacidad comercial estrangularía al yen japonés en pocas semanas.

El yen japonés en la cuerda floja ante amenazas de Trump
Desempeño del yen frente al dólar estadounidense en lo que va de año (YTD). Fuente: Yahoo Finance

La incertidumbre mantiene las esperanzas de recuperación del yen en el limbo

Ahora, seguramente las negociaciones entre las autoridades japonesas y estadunidense se llevan adelante con enormes esfuerzos. Sin embargo, la cruda realidad es que si no hay un acuerdo, la economía de Japón podría sufrir un enorme golpe. De hecho, estimaciones recientes sugieren que los aranceles podrían impactar negativamente el PIB de Japón en un 0.6% a 0.8% para 2025.

Se puede decir que hay tres elementos principales detrás de la debilidad de la moneda japonesa. La primera de ellas es el evidente estancamiento de las negociaciones con EE. UU. Uno de los puntos cruciales del desacuerdo está en la negativa de Tokio a importar arroz estadounidense.

Otro elemento de peso es la postura tibia del banco central japonés. Aunque las autoridades pusieron fin en 2024 a la política de tasas de interés negativas y al control de la curva de rendimiento, la cautela predomina. Actualmente, la tasa está entre 0% y 0.1%, lo que mantiene una política acomodaticia que contrasta con el 3.8% de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense. Este escenario es favorable para el dólar frente al yen.

El tercer factor detrás de la debilidad del yen es la oportunidad que representan los ETF inversos. Por ejemplo, el WisdomTree Japan Hedged Equity Fund (DXJ) que busca capitalizar la debilidad de la economía japonesa, experimenta una enorme demanda.

Este ETF proporciona exposición al mercado de renta variable japonés mientras se protege de las fluctuaciones entre el dólar estadounidense y el yen. En esencia, permite apostar por la debilidad del yen y, al mismo tiempo, beneficiarse potencialmente del rendimiento de las acciones japonesas, especialmente aquellas empresas exportadoras que se verían favorecidas por un yen débil.

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