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Durante su gira por Medio Oriente, Donald Trump no solo reafirmó alianzas tradicionales. También anunció algo que podría redefinir el mapa tecnológico global: la construcción del mayor centro de datos de Inteligencia Artificial fuera de Estados Unidos.
El proyecto, impulsado por los Emiratos Árabes Unidos con OpenAI como socio clave, marca un giro inesperado en la diplomacia del siglo XXI: ahora la IA también es poder blando… y duro.
Abu Dhabi será la capital de la IA fuera de EE.UU.
El epicentro del proyecto será Abu Dhabi, donde la empresa emiratí G42 construirá una infraestructura con capacidad de hasta 5 gigavatios, lo que equivale a más de dos millones de chips Nvidia GB200. En su primera fase, se instalará un centro de 1 GW que demandará unos 500.000 chips.
Este centro no será solo un hub tecnológico, sino un símbolo. Un mensaje claro de que la inteligencia artificial ya no es exclusiva de Silicon Valley.
Una jugada estratégica: OpenAI, G42 y un equilibrio de poder
La elección de OpenAI como aliado no es menor. Según reveló Trump, esta colaboración busca fomentar una IA democrática, apoyada en aliados sólidos como los EAU. Pero el acuerdo va más allá: los Emiratos se comprometen a realizar inversiones equivalentes en infraestructura de datos dentro de Estados Unidos.
Mientras China y otros actores fortalecen sus propias redes tecnológicas, esta alianza pretende mantener la influencia estadounidense en el desarrollo global de IA, posicionando a Medio Oriente como un nodo esencial en el tablero.
Más que chips: acuerdos por más de 200 mil millones de dólares
El anuncio del centro de IA se produjo en el marco de una serie de acuerdos que Trump selló durante su gira por la región. Desde Arabia Saudita hasta Qatar y los EAU, las inversiones pactadas superan los 200 mil millones de dólares, abarcando defensa, energía, y ahora tecnología de vanguardia.
Esta movida refuerza la idea de que la inteligencia artificial ya no es un asunto técnico, sino una cuestión geoestratégica, donde cada centro de datos y cada chip cuenta como pieza clave.
El nuevo orden digital se escribe en Medio Oriente
Con este acuerdo, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos redefinen el equilibrio tecnológico global. La IA ya no es solo una carrera entre empresas, sino entre naciones que apuestan a controlar la infraestructura del futuro.
Trump, con su estilo inconfundible, ha lanzado una señal: la Inteligencia Artificial será uno de los pilares de su política exterior. Y con OpenAI como aliado, busca que esa tecnología hable no solo inglés… sino también el idioma de sus intereses estratégicos.

















