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La relación entre la liquidez global y el precio de Bitcoin ha cobrado cada vez más relevancia para inversores e instituciones. En un contexto donde los bancos centrales vuelven a expandir sus balances, los datos muestran una clara sincronía entre el crecimiento del suministro monetario y los ciclos alcistas del mercado cripto.

El resurgir de la liquidez global
La gráfica elaborada por @therationalroot presenta una lectura detallada de la liquidez global, medida por el agregado monetario M2 combinado de los principales bancos centrales del mundo: la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (ECB), el Banco de Japón (BoJ), el Banco de Inglaterra (BoE), el Banco Popular de China (PBoC), entre otros.
Tras una fase de contracción post-pandemia, la liquidez global ha comenzado a mostrar signos de recuperación. La base monetaria global ha pasado de un mínimo cercano a los $85 billones hacia niveles cercanos a los $100 billones, lo cual históricamente ha coincidido con fases de apreciación del Bitcoin.
Una correlación estructural: liquidez y precio de BTC
Desde 2012, cada fase de expansión monetaria ha estado acompañada por un aumento significativo en el precio del BTC. Esta relación no es accidental. En economías con alta liquidez, los activos escasos tienden a valorizarse más rápido, y Bitcoin -con su oferta limitada de 21 millones- se posiciona como un activo no diluible.
Cada uno de los halvings (2012, 2016, 2020 y 2024) ha coincidido con un entorno de expansión monetaria o posterior a ella. El precio de BTC responde con fuerza a estos estímulos, reforzando su narrativa como activo de cobertura frente a la inflación monetaria.
¿Qué está ocurriendo ahora?
Con la reciente expansión de la liquidez global, Bitcoin no solo ha reaccionado positivamente, sino que ha mantenido una estructura de máximos históricos ascendentes, aún frente a escenarios de tensión geopolítica y endurecimiento monetario previo. Este comportamiento sugiere que Bitcoin está madurando como activo dentro del sistema financiero global.
Actualmente, Bitcoin se encuentra en una fase de consolidación por encima de los $80.000, justo después del cuarto halving, y en paralelo al repunte de la liquidez global. Esta combinación podría estar sentando las bases de un nuevo ciclo alcista.
Conclusión: un termómetro financiero sin censura
Bitcoin continúa siendo un termómetro de la política monetaria mundial. Su comportamiento, históricamente ligado a la liquidez, nos ofrece una lectura alternativa -y a veces adelantada- de los movimientos macroeconómicos.
Si la expansión actual se profundiza, podríamos estar al borde de una nueva etapa de acumulación institucional. La gráfica no deja lugar a dudas: cuando la liquidez fluye, Bitcoin responde.

















