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El petróleo, históricamente, ha mantenido una relación inversa con el dólar estadounidense. Cuando el valor del dólar sube, el precio del crudo tiende a bajar, y viceversa.

Sin embargo, en el entorno económico actual, esta dinámica se ha mantenido más rígida de lo esperado, lo que ha generado incertidumbre y desconcierto entre los inversores.

A pesar de que la relación entre el dólar y el crudo sigue siendo importante, el petróleo ha mostrado una tendencia a depreciarse ante incluso con la debilidad del dólar en las últimas semanas: desde que se supiera que la FED iba a bajar las tasas de interés… mientras el índice DXY (dólar) ya cedía.

Factores que intervienen para que el petróleo no correlacione con otros activos

Es sabido, como ya hemos apuntado, que todo lo que cotice contra el dólar se aprecia si la moneda estadounidense no está fuerte: tal como hemos visto desde hace unos días desde que la Reserva Federal decidiera aplicar recortes al valor de su moneda.

Pero hoy, por ejemplo, vemos claramente como el petróleo cede y los demás activos siguen subiendo… y es un buen momento para que demos un repaso de los aspectos subyacentes que pudiera haber para que justifiquen este comportamiento.

Evolución del precio del petróleo (WTI) en los últimos 6 meses. Fuente: Investing.com

Previsiones de la producción mundial de petróleo para 2024

Para comprender por qué el petróleo no sube en medio de un dólar más débil, es fundamental analizar las previsiones de producción y consumo de este recurso.

Las grandes organizaciones como la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y la AIE (Agencia Internacional de Energía) han ajustado sus proyecciones para el año 2024. La OPEP, por ejemplo, ha mantenido una política estricta de recortes de producción para evitar una sobreoferta que pueda debilitar aún más los precios. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para revertir la tendencia de depreciación del crudo.

El aumento de la producción en países no pertenecientes a la OPEP, como Estados Unidos, ha compensado parcialmente los recortes de los países miembros. Estados Unidos, impulsado por la producción de petróleo de esquisto (shale oil), ha continuado incrementando su oferta. Según la AIE, se espera que la producción estadounidense alcance niveles récord en 2024, lo que contrarresta los esfuerzos de la OPEP por equilibrar el mercado.

Previsiones de consumo de petróleo a corto y medio plazo

Por otro lado, las previsiones de consumo global de petróleo a corto y medio plazo no son alentadoras.

A pesar de que la demanda se ha recuperado significativamente desde los niveles bajos alcanzados durante la pandemia de COVID-19, los factores macroeconómicos globales han puesto un freno a su crecimiento. La ralentización económica en China, uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo, ha sido un factor clave en la debilidad de la demanda. Asimismo, la desaceleración en otras economías emergentes y los temores de recesión en Europa y Estados Unidos han contribuido a las previsiones más conservadoras de consumo.

A nivel global, la AIE prevé que la demanda de petróleo en 2024 crezca a un ritmo más lento que en años anteriores, reflejando los impactos de la transición energética hacia fuentes de energía más limpias y la moderación del crecimiento económico en varias regiones. Este escenario de moderada demanda y creciente oferta ha ejercido una presión a la baja sobre los precios del petróleo, limitando su capacidad para repuntar incluso frente a un dólar débil.

Desconexión del petróleo con otros activos financieros

A diferencia de otros activos financieros como las acciones y las criptomonedas o la bolsa de valores, el petróleo a menudo adelanta ciertos movimientos del mercado. Esto ha sido particularmente evidente en situaciones de inestabilidad geopolítica o crisis económicas, como lo fue la pandemia de COVID-19. Durante estos períodos, el petróleo tiende a actuar como un indicador adelantado de recesiones o desaceleraciones económicas debido a su papel fundamental en la industria global.

En el contexto actual, los factores geopolíticos siguen siendo determinantes en la formación de los precios del crudo. La invasión rusa a Ucrania, las tensiones en Medio Oriente y la incertidumbre política en algunos países productores de petróleo han creado un ambiente de volatilidad que ha disuadido a los inversores de confiar en una subida estable del petróleo, incluso cuando otros activos experimentan un comportamiento más predecible o correlacionado con el dólar.

Además, los mercados financieros globales, incluidos las bolsas de valores y el mercado de criptomonedas, han mostrado una correlación mucho más directa con la política monetaria de Estados Unidos, particularmente con las decisiones de la Reserva Federal.

A medida que la Fed ha implementado políticas de subida de tasas de interés para combatir la inflación, los activos financieros denominados en dólares han subido. Sin embargo, el petróleo no ha seguido esta tendencia, ya que su precio depende también de factores más allá de las políticas monetarias, como la oferta y la demanda global, la capacidad de producción y las reservas disponibles.

Otro factor que ha desacelerado el crecimiento del precio del crudo, muy probablemente, es la aceleración de la transición energética. El impulso hacia la adopción de energías renovables y la electrificación de los medios de transporte han mermado las expectativas de un crecimiento sostenido de la demanda de petróleo; y, también, por supuesto, los últimos avances sobre energía nuclear podría poner en aviso a los inversores en materia petrolíferas.

Tengamos en cuenta que muchos países han establecido políticas para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, lo que a largo plazo podría seguir afectando la demanda de crudo.

Reducción de inventarios de crudo: impacto limitado por factores macroeconómicos

Si tenemos en cuenta todo lo comentado hasta este momento: un buen ejemplo sería el de ayer, el cual nos dice que aunque la reducción de los inventarios de crudo de -4.5 millones de barriles es un dato importante, su impacto ha sido limitado por las preocupaciones macroeconómicas globales, el aumento de la producción en Estados Unidos, y la posibilidad de un dólar más fuerte en el futuro por posibles acontecimientos adversos que haga que de nuevo los inversores se vayan al dólar como verdadero, o tradicional, valor refugio han hecho que, probablemente, el precio del petróleo esté en modo expectante o ya nos esté avisando de algo que está por venir en el medio plazo.

Evolución de los inventarios de crudo en Estados Unidos desde noviembre del 2022 a la fecha. Fuente: Forex Factory

En resumen

En definitiva, el petróleo sigue siendo un activo relacionado con el dólar, pero varios factores actuales explicarían por qué no ha seguido el patrón de otros activos financieros.

La oferta de petróleo sigue siendo alta, especialmente por el auge del shale oil en Estados Unidos, mientras que la demanda global muestra signos de desaceleración debido a factores macroeconómicos y la transición hacia fuentes de energía más limpias. A esto se suman los impactos de la geopolítica global, que a menudo distorsionan las correlaciones tradicionales del petróleo con otras clases de activos.

A medida que el mundo avanza hacia 2024, el petróleo seguirá enfrentando múltiples presiones que mantendrán su precio bajo, a pesar de un dólar débil. Los inversores deben estar atentos a la evolución de la oferta, la demanda y las tensiones geopolíticas, ya que el petróleo podría continuar comportándose de manera impredecible, adelantándose a movimientos económicos más amplios como lo ha hecho en el pasado.

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