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El mundo de las criptomonedas tiene su punto más importante en el nacimiento de Bitcoin como una alternativa revolucionaria frente al viejo sistema financiero. Pero ese no fue el único hecho trascendente que moldeó el criptoverso tal y como lo conocemos ahora. En este trabajo analizamos uno de los más importantes y es la historia de Ethereum, el proyecto detrás de varias mentes maestras.
Para el año 2013, el joven programador Vitalik Buterin trabajaba en el proyecto Mastercoin, el cual buscaba variar las funciones de la blockchain de Bitcoin. Fue allí donde concibió la idea de una red que fuera más allá de un sistema avanzado de pagos. A finales de ese mismo año, el programador escribió el White Paper de Ethereum, el cual recibió de inmediato gran aceptación.
No pasó mucho tiempo para que el equipo central del proyecto se creara con varios expertos acompañando a Buterin. Entre estos se destacan Mihai Alisie, Anthony Di lorio y Charles Hoskinson. Al año siguiente, Buterin presentó la propuesta en una conferencia en Miami. Se trató de un momento clave tras el cual el nacimiento de algo grande era inevitable.
El inicio de la historia real de Ethereum y el nacimiento de la Fundación
A principios de julio de 2014, nació la Fundación Ethereum, el primer paso organizativo de la historia de ese proyecto. La misma se transformaría en la gobernanza de esta nueva iniciativa y echó sus raíces en Suiza. Previo a la creación de la Fundación, se llevó adelante una histórica campaña de recaudación de fondos.
La emisión génesis fueron los primeros tokens creados en la red y cuyo objetivo era precisamente la recaudación. El precio inicial fue de 2.000 tokens por cada BTC durante los primeros 14 días. Por el resto de la campaña se canjeaban 1.339 tokens por cada BTC. En las primeras dos semanas desde la emisión se vendieron 50 millones de monedas. En ese sentido, un total de ₿31.500 bitcoins fueron a parar al proyecto.
12 millones de ETH se acuñaron para actividades relacionadas con el desarrollo de la red. Con la creación de la Fundación se crearon los cimientos sobre los cuales el proyecto comenzó a tomar forma.
Las fases evolutivas del proyecto
Una vez puesta la piedra fundacional del proyecto, se estableció la hoja de ruta con varias fases por las que transitaría Ethereum. Vale la pena mencionar que el proyecto cuenta con 4 cuatro fases principales, las cuales se subdividen en numerosos puntos.
Frontier (2014-15): Se trata de la primera de estas fases y la cual se divide en dos estaciones. La primera, Lanzamiento Oficial, consiste en el lanzamiento de la red Ethereum Frontier en 2015. En esta se podían crear contratos inteligentes y se dieron los primeros pasos para crear dApps.
La segunda estación fue Los Primeros Pasos. Aquí comenzó la implementación de funciones básicas, las primeras dApps experimentales y la atracción de los primeros desarrolladores.
Homestead (2026-17): Esta segunda etapa también se divide en dos estaciones: mejoras y correcciones y crecimiento del ecosistema. La primera se enfocó en estabilizar la red y corregir errores críticos. La segunda estuvo centrada en la consolidación de las dApps, nuevas herramientas y el crecimiento del interés institucional.
Metrópolis (2017-22): La primera fase de Metrópolis de nombre homónimo se subdividió en numerosas etapas. Estas fueron Bizancio, Constantinopla y Estambul, cada una con sus propias implementaciones. Aquí también se incluye una segunda fase con innovaciones clave como mejora de escalabilidad, privacidad y seguridad de la red.
Lo más importante de esta etapa de la historia de Ethereum fue la introducción de shards y la capa de consenso Proof-of-Work (PoW).
Serenity: un cambio radical de paradigma
La cuarta fase de la hoja de ruta del proyecto merece un repaso aparte por ser la más importante hasta ahora. Esta se opera desde 2020-presente, en teoría. La mayor de las características de la misma consiste en el cambio de paradigma desde el PoW hacia el protocolo Proof-of-Stake (PoS).
Este último paso se produjo con el objetivo de mejorar la eficiencia en el consumo de energía, la seguridad y la descentralización. Esta fue una de las más polémicas, dado que puso fin a la lucrativa industria de la minería digital, la cual rivalizaba con Bitcoin en cuanto a rendimientos.
La fase en desarrollo se contempla de varias etapas como The Merge, la cual ya se completó. A esta se suma La Expansión y la Era de la Información. Cada una persigue mejoras en la escalabilidad, usabilidad y sobre todo en la privacidad de la red.
Por otro lado, el 2024 cuenta también con una hoja de ruta particular, con subetapas de las más variadas. Entre estas se cuentan The Surge, The Scourge, The Verge, The Purge y The Splurge. Cada una de estas etapas evolutivas marcan un momento de la historia y la evolución de Ethereum en su conquista de la Web3.
El ataque a la DAO
El hackeo de la DAO es otro de los elementos que no se pueden dejar de nombrar en la historia de este proyecto. La prácticamente inexistente costumbre de testear las aplicaciones dejó vulnerabilidades en el proyecto. Así, los hackers no tardaron en explotarlas y extraer una enorme cantidad de fondos.
Un total de $50 millones de dólares se llevaron los piratas informáticos en 2016. Para recuperarlos, la red se vio obligada a realizar una hard-fork. Para no entrar en detalles, esto consistió en la creación de una blockchain nueva y la vieja se dejó atrás. La recuperación de los fondos fue exitosa, pero buena parte de la comunidad no estuvo contenta con la bifurcación.
El resultado es que la capa nueva continuó el camino de la hoja de ruta, mientras que la capa antigua se convirtió en un proyecto aparte. Así nació la popular Ethereum Classic.
La máquina virtual de Ethereum (EVM) se consolidó como la mayor de la blockchain de propósitos múltiples y su historia es digna de estudio. Desde entonces, innumerables redes nacieron con la misma idea de Ethereum y, aunque muchas de ellas le superan técnicamente, ninguna de ellas tiene la misma estima.
