Uno de los principales obstáculos a los que debe hacer frente la minería de Bitcoin, es a la narrativa de la supuesta contaminación ambiental. Se trata del talón de Aquiles que enfrenta actualmente la criptomoneda pionera. El mismo, ha frenado en seco el bull run que en marzo se perfilaba hacia los 100k.

Algunos críticos de las criptomonedas, dan por cierta cualquier acusación que alimente su parcialidad. Lo mismo ocurre del lado de los defensores de Bitcoin. Tanto los unos como los otros, tienden a exagerar o minimizar el real impacto ambiental de la minería digital. No obstante, mientras esto ocurre, la industria militar genera 98% más contaminación que la criptominería

Asimismo, existen otros factores que generan mayor cantidad de gases de efecto invernadero que el Bitcoin. Entre estos, se destaca la industria del oro. Por otra parte, el sistema bancario internacional, consume más del doble de la energía que requieren todas las granjas del mundo.

Bitcoin debe hacer frente a una narrativa parcializada

El hecho de que numerosas industrias consuman más energía y emitan más carbono a la atmósfera que la extracción de monedas digitales, es relevante. Así, muchos personajes influyentes, desde empresarios hasta políticos, se manifiestan frente a los “peligros ambientales de la minería de Bitcoin». Paralelamente, se abstienen de realizar comentario sobre la minería a cielo abierto, solo por mencionar un caso.

En un trabajo reciente publicado en CriptoTendencia, se desglosa el reporte de Galaxy Digital Mining del mes de mayo. El mismo, entre otros aspectos, pone en evidencia algunos aspectos clave. Por ejemplo, que el negocio de la minería digital, se coloca en un orden de prioridad muy rezagado si se quiere cambiar los patrones contaminantes.

En ese sentido, anular la minería de Bitcoin porque emite carbono a la atmósfera, pero dejar intactos otros sectores, podría considerarse incongruente. Para ilustrar con un ejemplo metafórico, se podría equiparar esta acción con sacar una gota de agua de un vaso porque esté está muy lleno.

El conjunto de estos hechos, puede llevar a la conclusión de que los ataques a los que debe hacer frente la minería Bitcoin, son parcializados. Esta narrativa, es alimentada por instituciones centralizadas y sus agentes en un intento por detener el debilitamiento de las estructuras frente a esta tecnología emergente.

La minería a cielo abierto genera decenas de veces más contaminación que Bitcoin, pero no hace frente a las críticas de políticos y empresarios. Fuente: Semana
La minería a cielo abierto genera decenas de veces más contaminación que Bitcoin, pero no hace frente a las críticas de políticos y empresarios. Fuente: Semana

¿Quiere decir que el proceso de minado no contamina?  

Pese a que la minería de Bitcoin, es atacada de manera, hasta cierto punto injusta, esto no quiere decir que el negocio sea totalmente inocente. Se debe destacar que tener un cálculo exacto del nivel de consumo y emisión de carbono del proceso minero es un asunto complejo.

En ese escenario, se destaca que, en muchos países, por cada granja legal y supervisada, existen cuatro clandestinas. El caso de Irán, es uno de los más emblemáticos. La nación persa atraviesa por una crisis de energía, por lo que recurre a combustible fósil para mantener activo el sector industrial. Según las propias autoridades, el 85% de las granjas están operando de manera ilegal. En otras palabras, son agentes extremadamente contaminantes.

Se puede estar seguro de que el caso de Irán no es aislado. Esto lleva a la inevitable conclusión de que los cálculos estimados de emisión de carbono de la minería, subestiman el real impacto ambiental del negocio.

Frente a esta realidad, las empresas dedicadas a la minería de Bitcoin, han decidido tomar acciones. Actualmente, importantes personajes públicos como Michael Saylor y otros, promueven el uso de energía limpia.

El impacto de la diáspora minera en China

Un aspecto que debe tenerse siempre en la mira, es el papel de la prohibición de la minería Bitcoin en China. Algunas de las provincias del país asiático como Xinjiang, operan con fuentes de energía sustentadas con combustibles fósiles como carbón y gas natural. Esa región específica, era el epicentro mundial de la minería digital.

Ahora, con el desmantelamiento de las granjas en la provincia, la emisión de carbón de la minería digital, disminuye considerablemente. A esto se le debe sumar que esos mineros están migrando hacia lugares donde la energía es renovable como Miami o Texas.

Paralelamente, se debe tener en cuenta que los mineros, por razones de negocio, siempre buscarán las fuentes de energía más baratos. Actualmente, la energía limpia es más económica que la basada en combustible fósil. En palabras cortas, se puede afirmar que existe una tendencia que está haciendo más verde la minería de Bitcoin.

En cuanto a las máquinas mineras, estas se hacen cada vez más eficientes, es decir, consumen menos y generan más Bitcoin. Este hecho, ofrece ventajas para los inversores, ya que ayuda a disminuir los gastos operativos. Asimismo, alivia cuantitativamente el problema de la posible emisión de carbono.

La transición hacia el uso de energía limpia en la minería de Bitcoin, es un proceso en marcha. Lamentablemente no sucede lo mismo en otros sectores como la industria militar o minería a cielo abierto.

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