Cuando los diversos gobiernos tuvieron sus primeros acercamientos a las criptomonedas, la mayoría de las primeras reacciones fue tratar de “ahogar” esta industria naciente por considerarla muy riesgosa. Sin embargo, con el paso del tiempo la opinión sobre el sector criptográfico ha ido cambiando para mejor, por lo que se supone que las regulaciones al sector debieron ser más amigables.

En algunos casos esto ocurrió, pero en otros prevaleció la extrema precaución a los posibles riesgos que la monedas digitales podían traer. Ante esto, el Regulador Internacional del G20 se pronunció, afirmando que es necesario revaluar los supuestos “riesgos” de las criptomonedas.

La Junta de Estabilidad Financiera (FSB) de Suiza, también conocido como el Regulador Internacional del G20, estableció en su último informe que los reguladores a nivel mundial debían mejorar sus estrategias de detección de riesgos, ya que en muchos casos las normativas impuestas a la industria criptográfica son muy duras e innecesarias.

Este documento puntualizó que uno de los indicadores sobre el riesgo puede ser el nivel de exposición que los bancos y otras instituciones financieras tienen a las monedas digitales; el cual no ha hecho más que aumentar, dando paso incluso a la creación de Monedas Digitales emitidas por Bancos Centrales (CBDC, por sus siglas en inglés).

Actualmente, la FBS no cree que el cifrado suponga “un riesgo de estabilidad material” para el sector financiero.

El estudio también explica que las regulaciones actuales pueden ser ineficientes, aún más cuando se toma en cuenta la rápida tasa de innovación tecnológica. De hecho, la rapidez de la innovación puede dejar al sector del cifrado con incluso más áreas de regulación cuestionables.

Con esto no se quiere decir que el FBS esté en contra de las regulaciones, al contrario, esta institución vela porque existan normativas que den un marco legal a la industria criptográfica, pero quiere que sean eficientes. Por ejemplo, puntualizó que uno de los grandes problemas a los que se enfrentan actualmente los reguladores es que los activos criptográficos pueden quedar fuera de sus jurisdicciones, debido en parte a estándares inconsistentes entre los países.

Es por ello que es de suma importancia crear normas comunes en el sector, para que se lleve a cabo una regulación realmente efectiva. Para logra este objetivo, la mayoría de los países han centrado su atención en el G20, esperando que este grupo de Estados puedan acordar un marco legal común para la industria criptográfica en su próxima reunión a realizarse en junio de este año.

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