La empresa estadounidense de gestión de residuos y reciclaje Covanta Holding Corporation, realizó una investigación que reveló que las personas del país tiraban las monedas de menor denominación de su cono monetario. Aunque para muchos esto no sea la gran cosa, debido al poco valor que tienen, lo cierto es que, según la empresa, esas monedas dan un gran total de 62 millones de dólares tirados a la basura anualmente.
Según la compañía de reciclaje, lo más probable es que las personas no boten las monedas a propósito, sino que terminan en los contenedores de basura por puro descuido.
Como las monedas son de tan baja denominación y no se puede hacer mucho con ellas, la mayoría de los estadounidenses no ponen especial atención en su cuidado. Los economistas llamarían a esto como parte del costo de oportunidad: las personas consideran que cualquier otra cosa vale más que cuidar las monedas o, por ejemplo, recoger alguna que se haya caído al piso.
Además, las personas que si cuidan de sus monedas y terminan con grandes recipientes llenos de los pequeños círculos de metal, normalmente se decepcionan cuando van a un banco a cambiar las monedas y descubre que no era tanto dinero como el que creían.
Por estas razones, muchas veces las monedas terminan en los contenedores de basura. Lo sorprendente es que al año, los estadounidenses se deshacen de tantas monedas, que si se suma todo el dinero tirado dará como resultado millones de dólares.
En vista de esto, Coinstar ideó una manera que las personas fuesen más cuidadosas con su cambio y que los próximos conteos de las empresas de reciclaje no den números tan altos cuando se trata de dinero tirado.
La iniciativa de Coinstar consiste en colocar diversas máquinas donde las personas puedan depositar esas monedas que consideran insignificantes y ese saldo será convertido en Bitcoin. Para esto se asoció con la compañía de cajeros automáticos de BTC, Coinme.
Con esto, Coinstar pretende que las personas que tienen recipientes llenos de monedas en sus casas o alguien que simplemente ya no quiera estar con las pequeñas piezas de metal, no pierdan su dinero (que lo más probable es que termine en la basura) y, en el proceso, promover la adopción de las criptomonedas.