Uno de los grandes daños que hemos causado los seres humanos al planeta, es la extinción de muchas especies tanto animales como vegetales. Hace poco se anunció la desaparición de todos los guacamayos azules en su habitad natural por culpa de la acción humana. Ahora, en África, otra especie peligra de correr con la misma suerte: los perros salvajes.

Namibia, un país ubicado al suroeste de África, es uno de los pocos que aún cuenta con una población de perros salvajes africanos, pero ellos están en peligro de ser diezmada en un futuro próximo.

Los perros salvajes son animales carnívoros, que suelen atacar el ganado de los granjeros locales, por lo que ellos han optado por matar a estos animales. Esta especie ya ha desaparecido de 23 países en el continente y, si no se toman cartas en el asunto, Namibia podría ser el número 24.

Pero aún hay esperanza para estos animales. Nadja Leroux, una conservacionista de la naturaleza del país se ha propuesto salvar a los perros salvajes. Para ello, estableció un fondo de Bitcoin Cash (BCH), donde planea recibir donaciones para cumplir con su preciada meta.

El objetivo es lograr recaudar 1.600 dólares para comprar los equipos de trabajo que necesita en su misión de proteger la fauna silvestre. Hasta el 9 de septiembre había recaudado un total de 33 dólares.

Leroux explica a través de una publicación en Twitter por qué decidió utilizar Bitcoin Cash para realizar la recaudación de fondos: “¿Por qué BCH? Es una familia. Es público. Son las 24 horas del día. ¡Es la nueva generación!”, reporta Bitcoin News.

Los esfuerzos de esta amante de los animales no se quedan en la recaudación de fondos. Como gerente de desarrollo comunitario del Cheetah Conservation Fund, Leroux trata de involucrar lo más posible a los granjeros y agricultores que hacen su vida cerca de alguna manada de perros salvajes para que aprendan a monitorear sus patrones de depredación y puedan usar otros medios para proteger su cultivo o su ganado, como perros guardianes, y de esta forma no recurran a matar a la especie en peligro.

Sin embargo, Leroux se enfrenta a otro obstáculo. En Namibia las criptomonedas están prohibidas desde 2017. El Banco del país no especificó las razones, pero advirtió que “una tienda local no está autorizada para fijar precios o aceptar monedas virtuales a cambio de bienes y servicios”.

Se presume que la medida fue tomada por las preocupaciones de la institución financiera relacionadas con el lavado de dinero, violación del control de cambio y creación de dinero no autorizado por la entidad bancaria.

Hasta ahora, los reguladores no se han pronunciado en su contra por utilizar BCH para realizar su recaudación de fondos, pero la prohibición de las criptomonedas hace más complicado que personas dentro del país donen para la causa.

Esta claro que Leroux aún tiene un largo camino por recorrer, lleno obstáculos que superar. Sin embargo, ella sigue adelante con su objetivo de proteger al carnívoro más grande amenazado en el sur de África.

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