Japón, lugar de nacimiento de la criptomoneda más popular, Bitcoin, a lo largo de los años se ha caracterizado por ser receptivo a las nuevas tecnologías. La adopción y desarrollo del Internet de las cosas, Blockchain e Inteligencia Artificial demuestra que el país quiere mantener su posición como una de las mayores potencias tecnológicas del mundo.

Sin embargo, desde el escándalo de un exchange de monedas digitales en enero, Coincheck, las autoridades japonesas se han mostrado severas con el resto de casas de cambio que operan dentro del territorio.

Desde que ocurrió el incidente de Coincheck, denominado como “el mayor robo de criptomonedas de la historia”, la autoridad reguladora japonesa ha sido bastante estricta con los demás exchanges del país, colocando nuevos estándares a cumplir y siendo más severa al evaluar el desempeño de las casas de cambio.

La Agencia de Servicios Financieros (FSA, por sus siglas en inglés), el principal regulador financiero de Japón, anunció los resultados de las inspecciones hechas a 23 exchanges, pero los resultados no fueron del todo satisfactorios.

Según en informe, “la inspección revela una realidad descuidada de que el mantenimiento del sistema de control interno no se ha mantenido con la rápida expansión de las transacciones”, reportó Nikkei.

“El riesgo no se evaluó para cada moneda virtual… y se consideró que asegurar el personal necesario para contramedidas como el lavado de dinero era insuficiente en múltiples proveedores”.

Sólo 7 de las 23 casas de cambio de criptomonedas cuentan con la licencia completa necesaria para operar, el resto son “concesionarios considerados”, exchanges a los que se les ha permitido trabajar mientras sus solicitudes de están siendo revisadas por la FSA. Que la mayoría de estas empresas haya demostrado no tener un mantenimiento del sistema del todo óptimo es, a los ojos del regulador, bastante preocupante.

Otro de los descubrimientos de la FSA fue que “los activos totales de los intercambios se expandieron rápidamente a más de 6 veces en un año”. Lo preocupante de esto es que la mayoría de las casas de cambio cuentan con menos de 20 ejecutivos y empleados; esto quiere decir que, en promedio, cada persona debe custodiar aproximadamente 3.300 millones de yenes que equivalen a 30 millones de dólares. Tan poco personal teniendo que resguardar tal suma de dinero enciende las alarmas del ente regulador.

Desde enero, la FSA no ha aprobado ningún otro exchange para que realice operaciones en Japón, aunque hay más de 100 empresas esperando a ser registradas. Sin embargo, la autoridad reguladora espera pronto reanudar este proceso, valiéndose de los resultados del informe para evaluar a los nuevos solicitantes.

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