Blockchain, tecnología que saltó a la fama gracias al auge de las criptomonedas, esta vez es la pieza clave en una lucha contra la censura, liderada por activistas de la campaña MeToo, en China.

MeToo es un movimiento creado en 2006, que se encarga de ayudar a las víctimas de violencia sexual. Su objetivo es crear un mundo donde los ataques sexuales ya no existan, por lo que se ha concentrado en promover el empoderamiento de los principales afectados.

Y es con violencia sexual con lo que inicia esta historia en el país asiático. Algunos alumnos de la Universidad de Pekín, descubrieron un supuesto ataque de un profesor hacia una alumna. En 1998, Gao Yan, estudiante de literatura, fue violada por uno de sus profesores, lo que la llevó a quitarse la vida ese mismo año.

Estudiantes de la universidad pidieron a los directivos de la institución investigar el caso; sin embargo, ellos se negaron a dar información sobre lo ocurrido.

La Universidad de Pekín es una de las instituciones educativas con más prestigio en el país, por lo que tanto sus autoridades como el gobierno chino cuidan mucho su reputación.

Pero una de las estudiantes no se conformó con la respuesta de los líderes universitarios. Yue Xin, publicó una carta abierta el 23 de abril en la que describía como, por seguir preguntando y discutiendo sobre el caso de 1998, fue intimidada y amenazada por autoridades de la universidad para dejar su investigación.

También explica que su madre recibió diversos comunicados oficiales de la universidad, que trataban de convencerla de que su hija estaba haciendo actividades que atentaban contra la institución. Como resultado, su madre fue forzada a visitar a Yue Xin a mitad de la noche y pedirle que borrara todos los datos que había recolectado sobre el caso de la violación.

La Universidad de Pekín niega que se violen los derechos de los estudiantes. Aseguró, en un comunicado publicado de su página web, que contactó a los padres de la activista porque estaban preocupados por su seguridad.

Yue Xin, decidida a no callar y contar su versión de los hechos, publicó la carta abierta que circuló rápidamente por las redes sociales. Y luego fue censurada por el gobierno chino.

Cuando otros estudiantes se percataron que el gobierno de la nación estaba tomando estas acciones, decidieron utilizar otros medios para asegurar que la carta permaneciera en la web. Decidieron utilizar blockchain y Ethereum.

Para lograrlo, una dirección de Ethereum se hizo una transferencia sí mismo, con un valor de US$ 0. Al momento de realizar la operación, en la sección de “notas”, publicó el texto escrito por Yue. Es importante recordar que con Ethereum los registros de transacciones son públicos, así que cualquiera puede leer esa nota.

La carta cuenta con cientos de comentarios, pero el primero de todos fue uno de los más significativos, al afirmar que “afortunadamente hay un lugar donde dejar la verdad”.

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